Selección de Pacientes

 

El tratamiento quirúrgico debe ser ofrecido a pacientes con obesidad mórbida, bien informados, motivados y con un riesgo operatorio aceptable.

  • El paciente debe ser capaz de participar activamente en el tratamiento y en el seguimiento de largo plazo. Algunos pacientes con trastornos psicopatológicos deberían ser excluidos.
  • La elección quirúrgica requiere una evaluación de riesgos y beneficios para cada caso. Pacientes con IMC superior a 40 son candidatos a cirugía si ellos están convencidos en reducir su peso, dado que su obesidad ha dañado su calidad de vida y conscientes de comprender como su vida puede cambiar después de la operación.
  • Pacientes con obesidad de menor grado e índices entre 35 y 40, en ciertas circunstancias  también pueden ser considerados para cirugía. Por ejemplo, pacientes con alto riesgo por condiciones de morbilidad agregada, como en problemas cardiopulmonares, apnea de sueño, síndrome de Pickwick, obesidad relacionada a cardiomiopatia, o diabetes mellitus.
  • Otra indicación con IMC entre 35 y 40 es cuando la obesidad induce a problemas físicos que interfieren con su calidad de vida como, por ejemplo, trastornos músculo-esqueléticos, neurológicos o que el tamaño corporal interfiera con su empleo, relaciones sociales o incluso para deambular.
  • El cirujano debe estar preparado para el diagnóstico y manejo de las complicaciones y para el manejo de pacientes superobesos, contando con los recursos tecnológicos, equipos y personal adecuado.
  • El equipo de cirujanos especializados requiere para el éxito del tratamiento de un equipo multidisciplinario de apoyo, que incluya manejo de medicina interna, instrucciones dietéticas, programa de ejercicios, enfermera especializada y asistencia sicológica.
  • El manejo postoperatorio lo debe dirigir el médico de cabecera, que se encargará de las patologías asociadas, considerando que él paciente está operado y que presenta cambios producidos por la cirugía.